Querido Miguel:
Te has ido y nos has dejado huérfanos y solos. Vacíos de ti, de tu presencia física, pero has dejado una herencia literaria extraordinaria y mágica.
He disfrutado con tus libros como con ningún otro. Pero han sido tres los que han dejado en mí una huella imborrable: Cinco horas con Mario, El príncipe destronado, y Los santos inocentes.
Estas tres novelas magistrales me han enseñado en momentos puntuales de mi vida cómo vivirla y por eso te estaré muy agradecida siempre.
Además tengo siempre en mi mente tu imagen. Boina, gafas y bastón escribiendo hasta el final tu última obra: la vida de un escritor de Valladolid que nos hizo disfrutar con su buen hacer literario.
Adiós, Miguel. Descansa en paz. Nunca te olvidaremos .
Margarita. Aprendiz de escritora.
21.5.10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario