Vuelan los sueños
en un avión de papel azul,
y las lágrimas navegan
por la cara de la amargura,
y la muerte dirige sus pasos
con marcado silencio
hacia la habitación vacía
de rostros fugaces y blancos
que se asoman por la ventana
al abismo inmenso
de la gloria perdida.
Algo oprime el pecho
en el corazón ceniciento
de la muñeca de cuerda
que en rincón amarillea
olvidada por su oscura dueña.
La vida se apaga;
poco a poco la oscuridad ciega
y acaban los sueños encerrados
en una caja de madera negra.
9.2.11
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