Ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí, sobre todo porque he descubierto en algunos de ellos una curiosidad que yo creía perdida. Me han recordado que aprender cosas nuevas viajando y visitando museos es uno de los placeres que había olvidado.
Sí, es cierto que últimamente he viajado mucho y he conocido lugares nuevos de fuera del país y de éste, pero gracias a este viaje he recuperado una ciudad que me ha visto crecer y enamorarme, y también, gracias a este viaje, he recordado parte de mi infancia perdida por sus calles y barrios, porque ahora, por casa de la abuela pasa la M40 y de ese lugar sólo me queda el recuerdo.
Me he reenconrado conmigo misma al ver a mis alumnos como me escuchaban cuando les contaba cosas de Madrid, como hacía mi madre cuando era pequeña.
Me he acordado mucho de mi madre y la he echado de menos. Me hubiera gustado que ella les hubiera explicado todo lo que me contaba de pequeña sobre su ciudad natal. Me hubiera gustado que mi sobrino, que estudia allí la hubiera escuchado con mis oídos y se hubiera enamorado de esa ciudad como hice yo a través de ella.
DE MADRID AL CIELO dicen los que la conocen bien. Esos dos días yo estuve en la gloria.
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