Este es un cuento que he escrito para una niña recién nacida. Se llama Patricia y es la hija de una amiga muy querida. Así quiero darle la bienvenida a este mundo y desearle una vida feliz.

LA VAQUITA LUNA Y BELLA LA ESTRELLA.
Luna era una vaquita que cuidaba y velaba el sueño de Patricia. Cada vez que la niña despertaba, Luna cantaba una dulce canción de cuna que conducía de nuevo a Patricia al maravilloso mundo de los sueños.
Antes de la llegada de Patricia, Luna jugaba con su estrella, Bella, al escondite y eran muy felices, pero, cuando llegó la niña, Luna tuvo que dedicarse a ella y Bella se quedó sin su compañera de juegos.
La vaquita prodigaba toda su atención y mimos a Patricia y por eso Bella se puso celosa. A partir de ese momento Bella, la estrella, brillaba y brillaba cada vez más para molestar a Patricia y despertarla hasta que se dio cuenta de que por ese motivo Luna estaba más pendiente de que la pequeña se durmiera con sus nanas y le hacía menos caso aún a su amiga.
Así pues Bella se puso muy triste y se apagó. Entonces ocurrió que Luna dejó de cantar. Cada vez que lo intentaba no podía por lo que Patricia no podía dormirse y no dejaba de llorar.
Luna se había contagiado de la tristeza de Bella, pues era su brillo lo que le hacía cantar. Pero no se dio por vencida y así le dijo a su amiga: “Te quiero mucho, sin ti no puedo seguir”. Bella la escuchó y le contestó brillando como nunca: “Yo también te quiero, te he echado de menos”.
Desde ese día Luna y Bella cuidaron y velaron juntas el sueño de Patricia, pues cada vez que despertaba Bella brillaba suavemente para tranquilizar a la niña, y Luna cantaba una dulce nana que Patricia escuchaba encantada hasta que se volvía a dormir.